lunes, 19 de diciembre de 2011

EL DERECHO AL CAMBIO TIENE SU PRECIO

Hola de nuevo a todos, en estos meses de ausencia mi vida a seguido el curso que hace ya algún tiempo decidí. Si habeis seguido mis escasos escritos, recordareis  que hace unos meses reclamé el derecho a ESCOGER e hice además una proclama de las cosas que escogia, entre ellas decía: "... quiero un entorno bello que alimente mi alma cada día por la mañana cuando salga de casa..." pues bien amigos,  7 meses después me encuentro viviendo en un lugar precioso, una aldea de montaña llamada Demués; vivo en una casa tipica asturiana, en medio de los picos de Europa, en Asturias.

La elección de este cambio en mi vida ha tenido un alto precio para mi. Comunicar a mi entorno más cercano la decisión de cambio no tuvo una buena aceptación. Hablo especialmente de la familia y personas del entorno familiar. Soy consciente por la experiencia, que un cambio en mi vida significa un cambio en la vida de los demás. Ese cambio en los demás puede ser por que repercuta activamente en su vida  (por ejemplo nos dejamos de ver con la misma asiduidad),  pero también puede repercutir por pasiva, es decir, por que mi acción refleja lo que el otro quiere pero no se atreve a hacer;  cambiar.

Debo decir, que a pesar de mi firme decisión de ESCOGER, no sólo por convencimiento sino por la necesidad de ser coherente con mi manera de ver, sentir y pensar la vida,   la falta de apoyo e interés por mi nueva vida han hecho mella en mi. Hay partes rotas que no sé si podré recuperar algun dia...

A veces, a días,  me parece todo un sueño que tiene fin, como cuando te vas de viaje que sabes que se acaba el día x. Pero espero poder consolidar esta nueva vida donde la naturaleza ha relevado a lo fabricado.

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